Viernes, 30 de enero de 2015
Noticias generales
Antoni Terrasa presidirá el Tribunal Superior de Justicia otros cinco años
Diario de Mallorca, 30 de enero de 2015
"La nueva oficina judicial y atender los problemas del día a día", los retos del presidente
30.01.2015 | 02:45
Felipe Armendáriz Palma
No hubo sorpresas: el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) reeligió ayer para un tercer mandado al magistrado mallorquín Antoni Terrasa como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB). Terrasa explicó que sus retos para los próximos cinco años van a ser "la implantación de la nueva oficina judicial (el despliegue de medios humanos y materiales de la administración judicial) y atender los problemas del día a día de la Justicia insular".
Terrasa competía por el cargo con otros tres destacados jueces: Gabriel Fiol, presidente de la sala de lo contencioso-administrativo del TSJB; Carlos Gómez, presidente de la Audiencia de Palma; y Juan Carlos Torres, destinado en Eivissa. El recién nombrado tuvo palabras de elogio para sus compañeros, de los que destacó sus cualidades humanas y valía profesional, y especialmente para Carlos Gómez: "Somos amigos y me duele por esa amistad".
Terrasa fue designado presidente del TSJB en 2004, reelegido para un segundo mandato en 2009 y confirmado por tercera vez ayer para otros cinco años.
Antes fue decano de los juzgados de Palma entre 1990 y 1996, donde impulsó la creación de servicios comunes para agilizar la Justicia. También fue presidente de la Audiencia entre 1997 y 2004.
El puesto de presidente del Tribunal Superior conlleva el tener que afrontar los problemas de la Administración de Justicia, sin tener competencias para distribuir y racionalizar los medios humanos, ni materiales, ni control de los presupuestos, ni posibilidad de crear nuevos juzgados o tribunales. El presidente del Alto Tribunal ha de estar en permanente contacto con el Consejo General del Poder Judicial y el ministerio de Justicia para buscar soluciones a las disfunciones, muchas de ellas que se arrastran desde hace años.
Equipo para lo social Terrasa compareció por la tarde ante la prensa para exponer el panorama actual de la Justicia. El presidente anunció que, fruto de esos ruegos al CGPJ, se va a implantar en breve un equipo de funcionarios y secretario para los saturados juzgados de lo social, que están señalando vistas para 2017. "Hasta que esa oficina de refuerzo no esté en marcha no es oportuno que el juez de refuerzo designado se ponga a trabajar", apostilló el magistrado. Donde si se está viendo la luz del final del túnel es en la oficina judicial, uno de cuyos pilares: el expediente electrónico (digital), estará implantado a corto plazo. "Ya se ha comenzado a presentar demandas y escritos telemáticamente, aunque existen dificultades, pero este avance coincide con el trabajo con papel", explicó el presidente.
Terrasa enumeró una larga lista de necesidades de la Justicia, como programas informáticos más potentes y versátiles que los actuales y que, permitan, entre otras ventajas, dictar resoluciones en castellano y catalán; más traductores, despachos en la Audiencia para todos los magistrados, servicios comunes, más juzgados de lo social, soluciones para los colapsados juzgados de lo contencioso o una plantilla de jueces de la Audiencia adecuada a las necesidades actuales.
Felipe Armendáriz Palma
No hubo sorpresas: el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) reeligió ayer para un tercer mandado al magistrado mallorquín Antoni Terrasa como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB). Terrasa explicó que sus retos para los próximos cinco años van a ser "la implantación de la nueva oficina judicial (el despliegue de medios humanos y materiales de la administración judicial) y atender los problemas del día a día de la Justicia insular".
Terrasa competía por el cargo con otros tres destacados jueces: Gabriel Fiol, presidente de la sala de lo contencioso-administrativo del TSJB; Carlos Gómez, presidente de la Audiencia de Palma; y Juan Carlos Torres, destinado en Eivissa. El recién nombrado tuvo palabras de elogio para sus compañeros, de los que destacó sus cualidades humanas y valía profesional, y especialmente para Carlos Gómez: "Somos amigos y me duele por esa amistad".
Terrasa fue designado presidente del TSJB en 2004, reelegido para un segundo mandato en 2009 y confirmado por tercera vez ayer para otros cinco años.
Antes fue decano de los juzgados de Palma entre 1990 y 1996, donde impulsó la creación de servicios comunes para agilizar la Justicia. También fue presidente de la Audiencia entre 1997 y 2004.
El puesto de presidente del Tribunal Superior conlleva el tener que afrontar los problemas de la Administración de Justicia, sin tener competencias para distribuir y racionalizar los medios humanos, ni materiales, ni control de los presupuestos, ni posibilidad de crear nuevos juzgados o tribunales. El presidente del Alto Tribunal ha de estar en permanente contacto con el Consejo General del Poder Judicial y el ministerio de Justicia para buscar soluciones a las disfunciones, muchas de ellas que se arrastran desde hace años.
Equipo para lo social Terrasa compareció por la tarde ante la prensa para exponer el panorama actual de la Justicia. El presidente anunció que, fruto de esos ruegos al CGPJ, se va a implantar en breve un equipo de funcionarios y secretario para los saturados juzgados de lo social, que están señalando vistas para 2017. "Hasta que esa oficina de refuerzo no esté en marcha no es oportuno que el juez de refuerzo designado se ponga a trabajar", apostilló el magistrado. Donde si se está viendo la luz del final del túnel es en la oficina judicial, uno de cuyos pilares: el expediente electrónico (digital), estará implantado a corto plazo. "Ya se ha comenzado a presentar demandas y escritos telemáticamente, aunque existen dificultades, pero este avance coincide con el trabajo con papel", explicó el presidente.
Terrasa enumeró una larga lista de necesidades de la Justicia, como programas informáticos más potentes y versátiles que los actuales y que, permitan, entre otras ventajas, dictar resoluciones en castellano y catalán; más traductores, despachos en la Audiencia para todos los magistrados, servicios comunes, más juzgados de lo social, soluciones para los colapsados juzgados de lo contencioso o una plantilla de jueces de la Audiencia adecuada a las necesidades actuales.
